El bienestar de los mayores en riesgo: CSIF Cantabria denuncia la situación de los trabajadores en las residencias cántabras
7 de de març de 2025
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones públicas y con presencia creciente en el sector privado, denuncia las condiciones de precariedad que afectan al personal que atiende a los usuarios de las residencias.

Delegadas de CSIF del Comité de Empresa de las residencias Bouco Puertochico en Santander y Santa Ana en Santoña denuncian importantes deficiencias en las residencias de mayores que pueden poner en riesgo la atención y, por tanto, la salud de las personas usuarias.
La atención a las personas mayores es uno de los ámbitos laborales con mayor presencia femenina en la actualidad, pero la falta de profesionales y el agotamiento del personal perjudican la calidad del servicio para atenderlas, especialmente a las grandes dependientes, ya que "hay gerocultoras, que se tienen que encargar de asear, vestir, levantar y dar el desayuno en un tiempo muy limitado", afirman, “lo que pone en riesgo la atención a los usuarios”.
Uno de los principales problemas que sufren es el de las ratios exigidas por el ICASS, si bien, indican que no se puede hablar de un incumplimiento de la legislación que garantiza la atención de las personas ingresadas, señalan un “trampeamiento” en cuanto al cumplimiento de las mismas. Así, aseguran, “es cierto que se cumplen las ratios que ordena el ICASS, pero, principalmente, porque se cuenta personal que NO es encargado de atención directa”. Además, apuntan, “se han cambiado los horarios en el turno de tarde retrasando la hora de entrada y la de salida, lo que ayuda a cumplir esa ratio ya que, a partir de las diez de la noche se contabiliza como horario nocturno, donde la ratio exigida es menor (0,225)”.
En el caso de estas residencias, así como otras afectadas, se trata de centros privados con plazas concertadas sostenidas, económicamente, en parte por el Gobierno de Cantabria con cargo a la Ley de la Dependencia. Sin embargo, cada vez es más común que, en las grandes residencias, estas plazas concertadas, dependientes del ICASS, sean las más numerosas, “prácticamente ¾ partes de los residentes acceden de esta manera y muchos de ellos están a la espera de la tramitación para pasar a serlo”. A pesar de esto, hacen hincapié en que sus sueldos son, comparativamente, más bajos que los de las residencias públicas. En números: una trabajadora en una residencia privada gana, según convenio, unos 16.000 euros brutos anuales por 1.772 horas, mientras que la de una residencia pública cobra unos 20.000 euros brutos por 1.575 horas. Pero no es sólo eso, la mayor diferencia retributiva la encuentran en los complementos salariales: en todos los casos (festivos, nocturnidad, turnicidad), los empleados de centros privados están muy por debajo o carecen de esta cantidad extraordinaria en sus sueldos. No entienden que no haya una equiparación retributiva ni de duración de jornada laboral y lamentan que, de seguir así, en las residencias empezará a hacerse más notable si cabe la falta de profesionales y la fuga a otros sectores.
Las retribuciones en las residencias privadas y concertadas y las condiciones laborales, alejan a los profesionales sanitarios de este sector. Una falta que lleva años haciéndose evidente. De hecho, es tal la dificultad existente para contratar profesionales, que cada vez se requiere menos cualificación. Así, exponen, “nosotras entramos a trabajar como Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE); sin embargo, en las últimas incorporaciones valían capacitaciones profesionales del ICASS, cursos de 60 horas… Y, últimamente, parece que ni eso”.
Ser auxiliar de geriatría es un trabajo muy sacrificado. Una de las auxiliares asegura que es un trabajo muy duro “tanto físico como psicológico. No paras un segundo. Desde que entras hasta que sales estás trabajando. Hay muchas cosas que hacer y está todo muy ajustado”. Con una población cada vez más envejecida y más de 6.000 plazas en residencias de mayores en la comunidad (casi 400.000 en España), las delegadas del comité de empresa solicitan a las empresas, a las residencias y también al ICASS que tomen conciencia de la situación real en la que se encuentran los trabajadores ya que, entre los bajos salarios y la carga de trabajo que, en muchas ocasiones, está fuera de sus competencias, cada vez hay más dificultades para encontrar personal, lo que de nuevo repercute en estos trabajadores que se ven sobrecargados para poder sacar el trabajo adelante cumpliendo las directrices.
“Es un trabajo que te tiene que gustar, porque de otro modo no compensa: no está ni bien valorado ni bien pagado”, añaden las compañeras, “y es un trabajo que, tal y como está la sociedad, por desgracia, cada vez es más necesario y habría que cuidarlo más, porque si no, mal futuro nos espera”.
Al final, “nosotras somos las que estamos las 24 horas del día con ellos. Somos quienes les ayudamos en todas las necesidades básicas de la vida diaria. Somos las que les partimos la comida, las que les damos de comer y de beber, generalmente, hasta montamos y desmontamos los comedores, aunque supuestamente corresponda a limpieza. Somos las que estamos pendientes de cualquier síntoma. Las que les movilizamos, las que hacemos sus cambios posturales, las que les asistimos con sus ejercicios, las que les acostamos… Y también somos las que les escuchamos, las que les hablamos, las que les mostramos cariño y las que estamos ahí cuando lo necesitan. Al final, somos como su familia en muchos momentos”.