Pedro Poves: En todas las empresas públicas faltan trabajadores y, sin embargo, hay cuatro millones de parados
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21 de de febrer de 2025
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Pedro Poves, secretario nacional de CSIF en empresa privada, también lidera desde enero de este año la asesoría jurídica de las empresas públicas. Abogado vocacional, recuerda que "el trabajo solo es dinero" y que "la ética moral de las personas está por encima".
El fin de todo es ayudar al afiliado, al trabajador.
Aquí estamos para hacer acción sindical y la acción sindical es ayudar al compañero. Entonces yo puedo ayudar facilitándole una oferta pública de empleo y unos plazos o le puedo ayudar explicándole cuáles son sus derechos y si la empresa se los ha respetado o no. Y, si hay discusión con la empresa y no hay ningún tipo de respeto, al final acabará en un Juzgado. Pero la idea es ayudar al compañero, sí.
En un sindicato la asesoría jurídica es como la cocina de un restaurante.
Lo importante del sindicato es la acción sindical y la asesoría jurídica es una herramienta más para hacer acción sindical.
¿Qué diferencia hay entre hacer acción sindical en una empresa pública o privada?
Yo no veo ninguna diferencia. Cuando estudié la carrera, el profesor cuando me explicó el Estatuto de los Trabajadores no me dijo: 'esta es la normativa sobre todas las cosas y el EBEP o el Acuerdo Marco no lo toques porque es menos importante'. No, no, para nada. Pero a veces nosotros mismos ponemos muros entre compañeros de sectores que son barreras mentales que en la técnica no existen.
Entonces no cambia nada esta nueva aventura en las empresas públicas.
Para mí no. Yo soy abogado de todo. Otra cosa es que la práctica te especialice. Llevo en el ejercicio del Derecho desde 2008. Estudié la carrera en la Complutense. Desde que empecé la primera asignatura quise ser abogado de sindicato y es lo que soy.
¿Y el balance por ahora?
Satisfactorio. Estoy cumpliendo una vocación. Aquí en CSIF la mayoría estamos porque tenemos vocación de servicio público. Nos gusta ayudar a los compañeros. En mi caso yo era el delegado de clase, el que organizaba el viaje, el que empujaba a los compañeros a reunir dinero... Eso implica una vocación de servicio y el sindicato es una vocación efectiva y necesaria.
Los trabajadores no se atreven a denunciar.
El miedo es libre. Cada uno pone el listón donde quiere. Yo soy de los que opina que CSIF debe defender a las personas que quieren que se las defienda. El que no quiere que se le defienda él sabrá por qué. Es una decisión libre. Pero al trabajador hay que darle recursos para que, si quiere que se le defienda, tenerlos.
A partir de ahí: ¿es complicado demandar a tu empresa? Yo no lo sé, pero lo que yo pienso respecto al trabajo (sobre todo en la empresa privada) es que el trabajo sólo es dinero. Y lo importante en la vida no sólo es el dinero. Es más importante la vida familiar, la salud mental o sentirse bien consigo mismo. Entonces si en esta empresa no me respetan, si no me valoran, ¿qué haces en esa empresa?
¿Y si ese trabajador no tiene otra alternativa?
Entiendo ese razonamiento y puede ser que en muchos casos sea verdad. Pero yo pienso que si viene una persona de Senegal, se cruza todo el Sáhara, se tira meses malcomiendo y malviviendo y cruza una valla llena de cuchillas y llega a España y trabaja, ¿de verdad no hay otra alternativa para nosotros?
A las personas nos cuesta mucho salir de nuestra supuesta zona de confort.
Ahí está el valor moral de las personas. ¿Es zona de confort o como me he acostumbrado a que me machaquen que me machaquen? Yo la respeto si esa es tu decisión. Pero insisto en que el trabajo es sólo dinero y que la ética moral de las personas está por encima. Y, en ese caso, no debería ser difícil demandar a una empresa.
Pero la realidad es la que es.
Pero esto es como la película de 'El sexto sentido', en la que un niño le cuenta a los vivos que ve muertos pero ellos no saben que están muertos. Dicho de otra manera: en las empresas públicas les han hecho empleados públicos desde 2012, pero los trabajadores siguen teniendo mentalidad de empresa privada. No acaban de entender el plano en el que están.
Eso es lo que debe aportar en empresas públicas
Yo aportaré lo que pueda. Mis conocimientos, mis experiencia. Mi empuje, mi motivación. Hasta mi apoyo psicólogico. En el tema de acosos laborales siempre digo lo mismo: 'vienes a pedir ayuda a quien no te la puede dar'. Yo te puedo hacer un pleito pero no va a hacer que la persona que te acosa se vuelva buena persona ni va a hacer que tú te sientas mejor ganes o pierdas. Eso implica un trabajo psicólogico o psiquiátrico que no lo da un pleito. Por eso lo advierto. Los recursos están en otra rama de conocimiento.
¿Ayudará a firmar Convenios?
Claro.
El problema es Hacienda en este caso
Es que la encadenación de las empresas públicas en el sector público están pensadas para que no aumenten los salarios. Si partimos de esa linea general cualquier implicación que permita subir la masa salarial es difícilisima. Para no subir el salario en empresas públicas hay una autopista de cuatro carriles. Para subir el salario hay que ir a un camino de cabras. Quitando situaciones excepcionales, es difícilisimo subir salarios por encima de lo que se ha pactado en Mesa General y a las empresas públicas les cuesta mucho entenderlo.
¿Y cómo se cambia?
Es lo que hay que intentar. En la faceta jurídica la Ley está como está. Es parte del sindicato hacer presión para que la Ley se modifique saltando injusticias. Y es injusto y absurdo que empresas públicas, que tienen beneficios, no repartan parte de esos beneficios con sus trabajadores por los vetos del Ministerio de Hacienda.
En la mayoría de empresas públicas hay exceso de cargos de confianza.
Pero eso, más que parte del trabajo sindical, es de concienciación social. En su funcionamiento las empresas públicas tienen un reglamento interno que deben cumplir. Uno de ellos es generar cargos de confianza si se necesitan. Por eso en este caso partimos de un pensamiento perverso: si elimino a estos cargos voy a conseguir que la empresa gaste menos dinero y podamos repartir ese dinero entre los trabajadores. Pero eso es falso porque no funciona así. Si yo elimino diez o quince de esos cargos no redundará en nada en la masa salarial. Simplemente, ese dinero no se gastará.
Quedará en la hucha.
Porque no se podrá subir el salario de los trabajadores a costa de esos salarios. Por eso lo hay que buscar es la justificación y transparencia de esas necesidades de puestos. Si asegura que va a mejorar la gestión de la empresa que se contraten. Pero lo que no cuadra es que repasando los nombres de esas personas son antiguos cargos y sus efectividades son cero, puertas giratorias o pago de favores.
En las empresas públicas tampoco hay promoción profesional.
Está bloqueda. Y más bloqueda va a estar. La promoción profesional está en el artículo 35 de la Constitución y se recoge en el Estatuto de los Trabajadores pero se hace referencia a la negociación colectiva. Y si la negociación colectiva la tengo bloqueda o es inexistente no tengo recursos para exigir esa promoción profesional que, además, implica gasto.Y si no se negocia va a estar bloqeada eternamente porque las empresas no pueden gastar más que lo autorizado por Hacienda.
¿Y cómo se soluciona?
Vamos a renegociar Convenios que sean respuestas a las necesidades sociales y que podamos crecer todos juntos. Pero se llega a los absurdo que hemos tratado toda la vida de renegociar nuestro Convenio y ahora nos abrazamos a él como si fuese el madero en el naufragio, porque todo es cuantificable. Todo cuesta. Hasta una bolsa de 30 horas para ir al médico.
O las 35 horas semanales.
En ese caso, su enfoque es crear empleo, aumentar la contratación porque en este país tenemos cuatro millones de parados y no hay empresa a la que no falten trabajadores para ya. Y no hay trabajadores porque están infradotadas. Dotarlas adecuadamente supone mucho gasto y acudimos a las trampas del solitario con contratos en fraude de ley, interinidades eternas.... Todo se basa en no sobrepasar aumentos de gastos. Pero ése es el país que tenemos.