TRABAJO SOCIAL, PROFESIÓN SANITARIA ¡YA!

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1 de d’octubre de 2024

3 de octubre: Día Internacional del Trabajo Social Sanitario.

Este 3 de octubre, celebramos el 119º aniversario del Trabajo Social Sanitario, una profesión que ha demostrado su valor y compromiso con la salud de las personas a lo largo de más de un siglo. Como cada año, CSIF Sanidad Nacional se suma a esta conmemoración, poniendo en valor la importante labor que realizan los trabajadores sociales sanitarios en el ámbito de la salud.

El trabajo social sanitario, nacido en el Hospital de Massachusetts, ha sido desde sus inicios un pilar fundamental en el tratamiento integral de los pacientes, abordando no solo las necesidades físicas, sino también el bienestar social y emocional de las personas y sus familias. Como prestación básica del Sistema Nacional de Salud, su contribución es indispensable para garantizar un enfoque holístico de la salud.

TRABAJO SOCIAL, PROFESIÓN SANITARIA ¡YA!

La Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, define las profesiones sanitarias tituladas y reguladas y define las profesiones sanitarias como: «aquellas cuya formación pregraduada o especializada se dirige específicamente a dotar a los interesados de los conocimientos, habilidades y actitudes propias de la atención a la salud,». Esa salud que la OMS concibe como el completo bienestar físico, psíquico y social, y no solo la ausencia de enfermedad”. La misma norma deja abierta la posibilidad de declarar formalmente nuevas profesiones sanitarias, si se dan determinadas condiciones que aconsejen la medida. Por otro lado, la Ley de Cohesión y Calidad nombra expresamente el trabajo social (artículo 12, punto 1), como prestación básica del SNS y como tal se incluye en la Cartera de Servicios del SNS, como prestación básica.

El Trabajo Social, como disciplina, nació en el ámbito sanitario, concretamente en el Hospital de Massachusetts, dónde el Dr. Richard Clay Cabot evidenció que el tratamiento de sus pacientes (tuberculosos) jamás mejoraría sin una intervención social integral en su entorno y grupo familiar y comunitario. El trabajo social sanitario, por ello, es el germen del actual Trabajo Social.

Ni la enfermedad ni el enfermo son patrimonio solo de determinados profesionales. Sí desde el trabajo social sanitario se abordan las necesidades y problemas que la falta de salud genera en los individuos y sus familias, o en aquellas situaciones socio-comunitarias que pueden limitar su acceso a la salud, o que la perjudica seriamente, debemos hacerlo al nivel adecuado, con los recursos adecuados, y desde el reconocimiento laboral y profesional adecuado. Sí, no es así, entonces habría que pensar que no se está concibiendo la salud desde perspectivas holísticas o con carácter integral.

Trabajamos con la enfermedad, con los enfermos y cuánto les rodea y lo hacemos con conocimientos específicos que actualizamos e incrementamos sistemáticamente. Diría más, se nos exigen resultados en la misma medida que al resto de los trabajadores, por no subrayar la necesidad constante de coordinación con el resto de los sistemas de protección, dadas las características de nuestras intervenciones en Atención Primaria, Atención Especializada y Salud Mental.

Sin embargo, el retraso en el reconocimiento como profesión sanitaria, nos corta la posibilidad de acceso a la Hª Clínica del Paciente, a la formación en temas como violencia de género, drogodependencias, abusos de menores, dependencia, maltrato y/o abandono de mayores, etc., cuestiones que son el día a día del trabajo social sanitario. Esta falta de reconocimiento limita nuestro acceso a una verdadera coordinación interdisciplinar, al trabajo en equipo, al ser considerados no como unos integrantes más de estos equipos, sino como un anexo a los mismos, pese a ser una prestación básica del SNS.

CSIF exige el reconocimiento inmediato del Trabajo Social Sanitario como profesión sanitaria. La salud integral de la sociedad depende de ello. ¡No somos un complemento, somos esenciales!

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