Raúl Turín: Los empleados de Correos no podemos caer en la tentación de verlo todo negro
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26 de de febrer de 2025
Raúl Turín es un empleado de Correos en Toledo que, desde hace dos meses, es presidente de la Unión Provincial de CSIF que abarca a todos los sectores. "Trabajamos para prevenir problemas", explica él acorde a su formación sanitaria como graduado en fisioterapia.
De delegado sindical en Correos a presidente de CSIF Toledo.
Bueno, todo tiene un proceso. Antes fui secretario. Pero, en cualquier caso, es una prueba de hasta donde podemos llegar los empleados de Correos. Sólo es una cuestión de dedicación y esfuerzo. El sindicato nos presta la oportunidad de demostrarlo.
¿Y en qué ha cambiado?
Es más trabajo, es más tiempo cada día porque lo compagino con mi labor como delegado de Correos. Pero es una responsabilidad que he aceptado yo y que nadie me ha impuesto. Por lo tanto, debo ser fiel a ella. Y mi manera de ser fiel es trabajar, invertir el tiempo que haga falta en hacer este trabajo.
Pero Correos es un sector en constante ebullición.
Lo sé, porque yo nunca dejaré de ser empleado de Correos. Uno no debe olvidar de donde viene. Además, en mi caso, estoy orgulloso porque me costó esfuerzo sacar mi plaza. Sé que ahora son tiempos difíciles en la empresa. Cada día visitamos centros de trabajo que nos lo recuerdan. Pero nuestro deber es hacer frente a las dificultades y, entre otras razones, para eso entramos en el sindicato.
¿Que piden los empleados de Correos?
Como delegado sindical, mi obligación es transmitir traquilidad, optimismo. Al final, la tranquilidad es un estado de ánimo. Sé que es difícil cuando da la sensación de que las condiciones de trabajo amenazan con deteriorarse. Pero del nerviosismo no se obtiene ningún beneficio. Maxime cuando aún estamos en un proceso de negociación con la empresa en el que desde CSIF trabajamos para no perder un solo derecho. Al contrario. Nuestro deber es reforzar derechos.
Pero es evidente que la plantilla está desanimada.
Pero nosotros no estamos para amargar la vida a nadie, sino para alegrar la vida de los que nos rodean. Yo estudié el grado de fisioterapia y lo primero que aprendí en la universidad fue a prevenir los problemas, no a ocasionarlos. Si los previenes luego no hay que solucionarlos porque esos problemas no van a existir.
Y nuestra manera de prevenir es negociar con la Dirección de Correos, advertir de lo que pasa en los centros, de lo que quiere y de lo que necesitan los empleados. Mientras tanto, debemos transmitir tranquilidad, recordar que seguimos estudiando para el examen.
La prevención tiene mucho trabajo.
Muchísimo. Cuando he trabajado de fisioterapeuta siempre se lo he dicho a mis pacientes. Muchas veces no lesionarte sólo depende de ti y de tu tranquilidad al hacer las cosas. Si las haces como hay que hacerlas posiblemente no te haga falta ni tan siquiera ponerte en manos del fisio. Pero esto es como en la conducción. ¿Cuántos accidentes se evitarían si se cambiasen a tiempo las ruedas de un vehículo?
Los coches de Correos, precisamente, están en mal estado. Algunos no pasan ni la ITV.
Pero esas son las cosas que no podemos pasar por alto. Cada día insistimos a la empresa. Así un día tras otro. Nuestro trabajo, en muchos casos, es insistir y denunciar. Máxime cuando hablamos de aspectos cruciales de la vida como el buen estado de una furgoneta de Correos que es la herramienta de trabajo de miles de compañeros.
El 15 de marzo debe cerrarse la primera fase del Convenio de Correos.
Entonces se verán los frutos de nuestro trabajo como sindicato. Hasta entonces nadie debería dejarse convencer por la tentación de verlo todo negro. Sobre todo porque no es así. En Correos tenemos una estabilidad. La clave es mejorarla. Si logramos que nuestros salarios puedan reforzarse con unos incentivos realistas y que se imponga la voluntariedad tendremos un plan de personas mejor.