El Ayuntamiento de Barcelona veta a la prensa y censura a la GUB
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1 de abril de 2022
El Ayuntamiento de Barcelona veta a la prensa y censura a la GUB
CSIF defiende el derecho a la información de la ciudadanía y defiende a los agentes del cuerpo policial y a la prensa
La última nota informativa de la Prefectura de la Guardia Urbana de Barcelona (GUB), sobre la “Transmisión de información a los medios de comunicación” es clara, el veto a los medios de comunicación y la censura a la GUB en cuanto a la trasmisión de datos a éstos. (Se adjunta dicha nota a este escrito)
También queda claro que algo esconde dicha nota ya que el deber que tienen los agentes de mantener el secreto de las actuaciones policiales, para preservar los derechos de las personas afectadas y no vulnerar las obligaciones legales y deontológicas más básicas de su profesión, bajo pena de incurrir en responsabilidades penales y/o disciplinarías, es un principio básico de cualquier cuerpo policial. (Cabe recalcar que, a día de hoy, todavía no se ha expedientado a ningún agente de la GUB por un hecho similar.)
La misma nota informativa destaca que “a lo largo del 2021 se ha incrementado un 97% la presencia de la GUB en los medios de comunicación respecto del año 2020, con 3522 apariciones en estos medios.” La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones públicas y mayoritario en la GUB, defiende que “no es porque se expongan más los agentes sino que son los índices de criminalidad y violencia en la ciudad de Barcelona los que se han incrementado y se han multiplicado exponencialmente por la mala gestión en la seguridad de la ciudad.”
“Desde luego, como bien dice la nota de la Prefectura, debería ser la Oficina de Relaciones Institucionales y Comunicación (ORIC) del Ayuntamiento de Barcelona quien informara de los distintos incidentes que acaece en la ciudad, pero no es así. Muchas veces es la propia dirección quien filtra datos, eso sí, los que les interesan para su buena imagen”.
Tampoco se puede vetar a la prensa, que ejercen el periodismo de investigación al nivel más real para llegar a la conclusión de los hechos, contrastando todas informaciones, y que se han convertido en los verdaderos canales de comunicación ciudadana. Además, los periodistas también tienen un código deontológico que les impide traspasar ciertas líneas.
En 2018, desde CSIF escribíamos una nota titulada: “La Barcelona de Ada Colau: Ciudad sin Ley”, denunciábamos entonces “batallas de manteros, machetazos en vía pública, tiros por la ciudad, narcopisos, guerras entre clanes de la droga, prostitución incontrolada, ocupaciones ilegales, indigentes viviendo en barracas en medio de Plaza Cataluña… Ada Colau deja a Barcelona al nivel de una barriada” y, desde entonces, esto no ha hecho más que empeorar.
Que la ciudad de Barcelona sale cada día en los medios de comunicación está claro para todos -y no nos enteramos más que de lo más grave- pero es debido a la nefasta política de seguridad que tenemos con el Ayuntamiento y que ha llevado a Barcelona a ser una de las ciudades más peligrosas de Europa, con unos índices de criminalidad que en los últimos años -coincidiendo con el mandato de Colau- han crecido de una manera sorprendente y que hace que la ciudadanía y, sobre todo, las personas más vulnerables -como son nuestros mayores- vivan con miedo.
Todo ello nos da que pensar. Las elecciones municipales están cada vez más cerca y parece que Colau y Batlle han tomado conciencia de que si siguen así los índices de violencia no podrán seguir en el Ayuntamiento. Ya es hora de cesar en el intento de tapar los problemas reales que sufre Barcelona y ponerse en serio a solucionarlos. Ha quedado más que claro que carecemos de unas políticas públicas de prevención y reducción de la delincuencia y que faltan medios materiales y recursos humanos dentro de la GUB.
Desde CSIF defendemos el derecho a la libertad de prensa y a la libertad de información -derecho fundamentales de los estados democráticos-, y defendemos el derecho de la ciudadanía a la seguridad -que es un deber público-, y el derecho de éstos a ser informados sobre los distintos sucesos que ocurren en su entorno, siempre y cuando ni comprometa ni obstruya las investigaciones, ni la labor policial, ni la seguridad de las personas.
A su vez, CSIF le recrimina a Colau la falta de reconocimiento hacia su cuerpo policial: la Guardia Urbana de Barcelona.
(Se adjunta comunicado de CSIF-GUB y Nota informativa n.º 16/2022-“Transmisión de información a los medios de comunicación” del jefe de la GUB)