CSIF y JUPOL se reúnen para analizar el aumento de la violencia de las bandas juveniles en la Comunidad de Madrid
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11 de febrero de 2022
-Los dos sindicatos son los mayoritarios tanto a nivel de policía local en toda España como dentro del Cuerpo Nacional de Policía
-JUPOL y CSIF consideran indispensable la estrecha colaboración entre policías locales y Policía Nacional para combatir esta violencia
Delegados de CSIF Madrid de la Policía Municipal del Ayuntamiento de Madrid y representantes del Comité Regional de Madrid de JUPOL, sindicato de la Policía Nacional, se han reunido para analizar la situación de extrema gravedad que se está viviendo, no solo en el municipio de Madrid, sino también en varios pueblos de nuestra comunidad autónoma a causa del aumento de la violencia procedente de las bandas juveniles.
CSIF y JUPOL han firmado recientemente un acuerdo estatal de colaboración, debido a que son, respectivamente, la organización sindical mayoritaria en toda España a nivel de policía local y el sindicato con más presencia en el Cuerpo Nacional de Policía. Esta reunión es una de las primeras que se han realizado tras el mencionado acuerdo.
Después del encuentro mantenido para hablar de diferentes temas que afectan a la seguridad ciudadana en Madrid, ambos sindicatos han destacado que, para combatir la actividad delictiva de estas bandas juveniles, es indispensable la estrecha colaboración entre las policías municipales y la Policía Nacional.
Una violencia que va en aumento
A día de hoy, el problema de la presencia de bandas juveniles en el municipio de Madrid es una realidad palpable siendo más que evidente su naturaleza violenta. Esta realidad ya fue reconocida hace unos cuantos años y se creó una unidad especial, dentro de la Policía Municipal de Madrid, para perseguir e intentar anticiparse a los encuentros violentos, dando un resultado más que favorable.
En la actualidad, y como hemos comprobado en los últimos días, observamos que, tras la eliminación de esta unidad y el abandono de este problema tan grave, se ha producido un incremento de las reyertas en las que se están utilizando armas blancas, además de intimidación y uso con violencia de las mismas, para realizar robos: en concreto, los teléfonos móviles son el botín más preciado por estas bandas.
El aumento de integrantes en dichas bandas y los ajustes de cuentas entre las mismas en la capital tienen gran correlación con el haber disuelto, como decimos, la Unidad de Información de Policía Municipal de Madrid (SECAI), que era reconocida incluso por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Este aumento de inseguridad también tiene que ver con el progresivo desmantelamiento, hasta su desaparición, de una de las dos Unidades Centrales de Seguridad (UCE) de la Policía Municipal del Ayuntamiento de Madrid, que todos los fines de semana realizan labores de seguridad y apoyo al resto del servicio.
Vemos con buenos ojos el incremento de plantilla que la Dirección de Policía Municipal ha realizado en el turno de noche, aunque consideramos que se sigue quedando corto. Pero aun así creemos que hay una falta acuciante de personal en toda la plantilla de Policía Municipal de Madrid, ya sea por la tasa de reposición que establece el Gobierno central (quien no dio el visto bueno para poder ampliarla), o por la dejadez de los partidos políticos que gobiernan la ciudad de Madrid. Ante esta evidente merma de la plantilla, difícil es que se puedan destinar más agentes a perseguir los delitos cometidos por bandas juveniles.
Como se puede corroborar, esta situación repercute gravemente en la seguridad, ya que para cubrir todos los servicios los fines de semana, se está llegando a prohibiciones de libranza de los agentes, haciendo que los mismos desarrollen periodos continuados de trabajo sin descansos.
En el caso del Cuerpo Nacional de Policía se han implementado servicios extraordinarios de carácter voluntario, al amparo de un nuevo dispositivo desarrollado al efecto con más de 500 policías. Las unidades de información trabajan en labores de investigación para desmantelar estas organizaciones criminales junto con las unidades de seguridad ciudadana, si bien se ha dejado al margen a las Unidades de Intervención Policial (UIP), especializadas en orden público y con amplia experiencia en el control de grupos radicales y bandas latinas.
Aunque quizá, el punto más importante es la inacción del poder legislativo, que en lugar de penar de manera más severa el uso de las armas (no olvidemos que navajas o machetes, como estamos viendo, producen daños mortales), también pretende modificar la Ley de Seguridad Ciudadana, obstruyendo la labor efectiva de los cuerpos policiales y favoreciendo que se sigan produciendo sucesos tan graves como los que estamos viendo estos días.