Las Oficinas Comarcales del Cuerpo de Agentes Forestales son una vergüenza para la Comunidad de Madrid
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11 de septiembre de 2024
-Estos centros de trabajo donde prestan servicio los agentes forestales son auténticos cuchitriles inadecuados, insalubres y peligrosos desde el punto de vista de los riesgos laborales
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones públicas, vuelve a denunciar públicamente el estado de las oficinas comarcales donde prestan servicio los agentes forestales y urge a la Administración Autonómica para que recoja e implante el Plan de Oficinas Comarcales que lleva proponiendo y requiriendo desde 2017.
El Cuerpo de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid realiza su servicio en 17 Comarcas Forestales que cubren todo el territorio de la Comunidad. Dos comarcas comparten una oficina y otra tiene sus agentes en las dependencias centrales del 112 Madrid. En total existen 15 oficinas comarcales del Cuerpo.
No existe ninguna oficina comarcal construida al efecto de serlo. Es decir, que ninguna se ha hecho pensando en el trabajo que los agentes forestales desarrollan. Todas tenían otro fin o provienen de otros usos, con estructuras que nada tienen que ver con un Cuerpo con funciones policiales y de emergencias como es el Cuerpo de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid.
Muchas de las oficinas comarcales están denunciadas a Inspección de Trabajo por incumplimiento de medidas de seguridad, higiene y salud, pero la Comunidad de Madrid, concretamente la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior que dirige Carlos Novillo, no se da por aludida.
Cuatro oficinas comarcales son chalés. Uno situado a las afueras del municipio, Lozoya, y los otros tres dentro de los municipios. En Villarejo de Salvanés, el chalé es individual y los coches oficiales no tienen sitio suficiente y deben aparcar en la calle. En San Martín de la Vega es un chalé adosado y alquilado, y allí el aparcamiento es compartido con el resto de los vecinos de la urbanización lo que provoca malestar y que se acabe aparcando en la calle. No existe espacio material para situar a personas y medios dentro de esos chalés-oficinas. O para situar taquillas con diferenciación por sexos de los agentes.
En Fresnedillas de la Oliva es un chalé alquilado, sin condiciones reales para ser oficina y con los problemas ya citados anteriormente. E incluso con un sótano que se inunda cuando llueve y pone en riesgo la caldera e incluso la instalación eléctrica.
En San Martín de Valdeiglesias, la Oficina Comarcal de agentes forestales es una casita antigua en el centro del pueblo. Allí se concentran todos los problemas presumibles y en ningún caso puede suponerse oficina de un Cuerpo de Emergencias. Los trabajadores no pueden ni aparcar.
En San Lorenzo del Escorial un estudio reciente ha concluido que existe un exceso importante de gas radón y los agentes forestales no pueden hacer noche allí por lo que las guardias deben realizarlas en sus casas, con el consiguiente problema para ejercer sus funciones de emergencia además de los problemas graves de salud que se puedan estar produciendo.
La oficina de Cercedilla no tiene agua potable y también tiene emisiones de radón que superan los umbrales límite. Es una antigua casa forestal que no tiene condiciones para albergar al Cuerpo de Agentes Forestales. Las casas forestales eran construcciones que utilizaban los antiguos guardas forestales como viviendas, todas ellas con muchísimos años de antigüedad.
En Alcalá de Henares la oficina se sitúa, también, en una antigua casa forestal con más de cien años de antigüedad y apenas renovada para su uso como oficina comarcal.
Las oficinas de las Comarcas Forestales III y IV se sitúan en Buitrago de Lozoya, en antiguas casas forestales denominadas Las Gariñas, con acometidas de agua de dudosa legalidad y potabilidad. Tampoco tienen espacio ni están diseñadas para ser oficinas. El acceso y salida de vehículos es complicado y bastante peligroso para los agentes y para el tráfico de la carretera M126.
En La Cabrera se sitúa la oficina de la Comarca V, en un local cedido por el Ayuntamiento en el que no existe apenas espacio para las mínimas exigencias del Cuerpo.
En Villaviciosa de Odón, en una misma oficina comarcal comparten espacio las Comarcas IX y XVI. Esta oficina está situada en las dependencias de la antigua Escuela de Capataces forestales, hoy Centro de Capacitación Agraria. Con problemas constantes de agua, luz, calefacción.
En Soto del Real, Comarca XIV, también han tenido serios problemas con el agua, con tomas ilegales que han sonrojado al Cuerpo por culpa de una nula gestión de la Comunidad de Madrid. Tampoco existe espacio ni las dependencias están pensadas para acoger al Cuerpo de Agentes Forestales. Los agentes deben esquivar la caída de tejas y cascotes y, para rematar, los exteriores se han convertido en una suerte de almacén vertedero absolutamente inapropiado e incluso peligroso.
En Colmenar Viejo se sitúa la Comarca XV. Aquí, la Oficina se halla junto a una guardería, con la que se comparte aparcamiento. Las dependencias han sido denunciadas reiteradamente a Inspección de Trabajo por incumplimiento de medidas de higiene y salud.
Finalmente, la Comarca I tiene su oficina en Oteruelo del Valle, en una antigua casa del maestro del pueblo donde la palabra “antigua” cobra el mayor significado posible. En ella, los agentes andan hacinados y basta una visita para entenderla como paradigma de la situación precaria y vergonzosa de estas edificaciones.
En definitiva, sin espacio para trabajar, para realizar guardias o para comer. Todo se realiza en el mismo sitio, intercambiando prioridades. No caben taquillas en un Cuerpo con uniformidad propia y trajes EPI de uso reiterado. No existen aparcamientos en muchas de las oficinas. No hay posibilidad de diferenciar sexos en baños en alguna de ellas.
Son ya marca de la casa las goteras, humedades, caída de paramentos, cascotes y tejas, falta de calefacción, inundaciones, riesgos biológicos, cucarachas, ratas y ratones, etc.
Las Oficinas Comarcales del Cuerpo de Agentes Forestales son la vergüenza de la Comunidad de Madrid y al consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior parece darle igual.