La Seguridad Social roza el colapso con la plantilla mermada y ‘envejecida’

El propio Gobierno reconoce que en España hay 157 Centros de Atención e Información de la Seguridad Social (CAISS) “en situación de riesgo”. En los últimos dos años ya se han cerrado otros cinco. El principal motivo es el déficit de personal que, según el propio Ministerio que dirige José Luis Escrivá, tensiona el Instituto Nacional de la Seguridad Social y que está afectando a todas las delegaciones de España.

En Salamanca la situación no es muy diferente. El personal insiste en el “total abandono” de estos servicios por parte del Ejecutivo. Ciertamente no hay riesgo de cierre de las oficinas de la capital, pero el recorte de plantilla que se ha producido en la última década sumado a la inminente jubilación de gran parte de la plantilla se traduce en más de dos semanas de espera para obtener cita y demoras de meses en la tramitación de expedientes, una situación que, según CSIF, resulta “insostenible”.

El Ejecutivo central posiciona en situación de riesgo de cierre los CAISS “cuando disponen de tres o menos efectivos —sin que ello implique el cierre inminente—”. Tanto el centro de Béjar como el de Ciudad Rodrigo están, según la última Relación de Puestos de Trabajo, integrados por cuatro funcionarios cada uno, y en ambos había, conforme al último concurso de traslados, al menos una vacante. ¿Son dos de las 157 oficinas que se enfrentan a un posible desmantelamiento? El Ministerio no lo detalla, los sindicatos no tienen información al respecto, pero son dos de las oficinas con menos personal de toda España.

La plantilla del INSS, la Tesorería General del Estado, y la intervención en la provincia era en 2011 de 266 trabajadores. Tras la crisis económica que se vivió en esos años, llegó a 2015 mermada en un 12%. Antes de la pandemia, había caído hasta los 198 profesionales y, en la actualidad, según fuentes sindicales, se encuentra en 204, un 23,30% menos que hace una década.

Las propias memorias anuales del INSS lo confirman. Solo dependiente de este organismo en la provincia había el pasado año una plantilla efectiva de 89 personas, mientras que en 2011 eran 109, un 22% más. El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones no lo oculta y reconoce que en la última década la plantilla se ha reducido un 20% en España. Lo confirman también los datos del concurso nacional de traslados convocado a principios de este año, en el que figuran 45 puestos vacantes con los que cuenta la Seguridad Social en la capital, a los que se sumarían otro en Béjar y uno más en Ciudad Rodrigo.

Pero no es el único problema de personal al que se enfrenta. “El Instituto Nacional de la Seguridad Social se encuentra sometido a unas tensiones estructurales más que considerables ante el déficit de personal que presenta debido, entre otras circunstancias a las numerosas bajas de jubilación de efectivos en una administración con una media de edad muy elevada y el incremento sustancial de la carga de trabajo asignada”. No es una declaración de los sindicatos, ni de ningún partido político, sino la respuesta reciente y por escrito del propio Gobierno de Pedro Sánchez a una pregunta sobre la situación que vive este organismo.

En Salamanca, concretamente, la media de edad del personal ronda los 60 años, aseguran los representantes de los trabajadores, por lo que, si no se pone remedio a tiempo, la plantilla mermará aún más en los próximos años. Los cálculos de CSIF son que en dos años se jubilarán cerca del 50% de los trabajadores “sin que se esté produciendo un reemplazo”.

“La carga de trabajo ha aumentado mucho. Con la tramitación del Ingreso Mínimo Vital no se está llegando”, apuntan fuentes de los trabajadores de Salamanca. De hecho, insisten en que se está teniendo que recurrir a horas extraordinarias para resolver los cientos de expedientes de este tipo que se han sumado a los expedientes de jubilación y de prestaciones de muerte, viudedad, orfandad y nacimiento, entre otros.

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