CSIF denuncia que los nuevos programas de Innovación Educativa nacen sin presupuesto, sin reducciones e incrementan la carga burocrática de los equipos directivos
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27 de urria de 2023
Los nuevos programas para la Innovación y la Mejora del Aprendizaje (Programas CIMA) se han abordado en Mesa Técnica y posteriormente en Sectorial de Educación el 26 de octubre. Desde CSIF hemos trasladado a la Administración educativa andaluza que llegan tarde y mal en el presente curso escolar 2023-2024.
CSIF ha denunciado en el órgano negociador que la modificación de estos programas no ha supuesto un avance significativo en cuanto a Innovación Educativa se refiere, más bien todo lo contrario. De hecho, llegan con tanta demora que ya ni los propios centros los esperaban y, además, no aportan ninguna mejora sustancial con respecto a los programas anteriores.
A pesar de que se han elevado al nivel P1, con ello no se va a reconocer el trabajo que va a entrañar a los docentes implicados, puesto que no se tiene previsto que se diseñen y desarrollen dentro de la jornada lectiva, ni contarán con dotación económica, material ni personal.
Por otra parte, desde CSIF también hemos pedido que se elimine la obligatoriedad de la formación para su acreditación, ya que estos programas van a suponer un esfuerzo tal por parte del profesorado, que justifica sobradamente la acreditación para los participantes y coordinadores, (30 horas y 20 horas, respectivamente) sin necesidad de dicha formación obligatoria.
En esta misma línea, desde la central sindical también hemos criticado que para la aprobación de estos programas, no se tiene en cuenta al profesorado, residiendo todo el poder decisorio exclusivamente en el equipo directivo. Sin embargo, resulta paradójico, que se requiera a los centros que se adhieran a los programas CIMA el compromiso mínimo de participación de un 30% del claustro.
A los equipos directivos se les carga de responsabilidad y burocracia. La solicitud que tramitan vía Séneca la deben de acompañar de un proyecto que deben haber elaborado previamente. Han de realizar, además, un Plan de Actuación anual, constituir el equipo CIMA, la formación del mismo, la evaluación, certificación y una memoria final del programa.
Cabría mencionar también, que en la presente regulación, no se tiene previsto contar con equipos de coordinación pedagógica y didáctica tan útiles y necesarios para asesorar y orientar.
En suma, consideramos que los Programas CIMA llegan tarde, mal, vienen a acrecentar la carga laboral y burocrática del profesorado, quedando en entredicho por todo lo expuesto su contribución a la innovación educativa.