La IA y sus potentes efectos: "Puede ser usada con fines muy dañinos" y acabará afectando al empleo.
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29 de apirila de 2025

Roberto Cortés López nació en Salamanca hace 49 años, aunque, en la actualidad, reside en Valladolid. Es maestro de Educación Primaria y de inglés y ejerce la docencia desde el año 1998. Desde sus años universitarios viene colaborando y desarrollando diferentes tareas en el ámbito de las TIC y las TAC, como formador o coordinador de medios informáticos.
También ha colaborado con la revista digital del portal de Educación de la Junta de Castilla y León y con varias webinares para CSIF. En la actualidad colabora con la Universidad de Valladolid dentro de su plan de formación en Competencia Digital y con el CFIE de Valladolid impartiendo cursos en diferentes áreas dentro de la Inteligencia Artificial o la robótica educativa, por poner dos ejemplos.
“Siento una gran curiosidad por los avances científicos en general, aunque tengo una afinidad especial por todo lo que tenga que ver con la informática y la innovación tecnológica. Me considero una persona muy trabajadora y enfocada. También disfruto mucho ayudando a los demás y compartiendo lo que sé”, asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
De pequeño, confiesa, que “quería ser astronauta” pero, cuando llegó a su casa el primer ordenador la cosa cambió y se enamoró de la informática. Forma parte del equipo del Sector de Enseñanza de CSIF y es el responsable provincial del Departamento de Formación.
P.- ¿Cuándo entra en su vida la IA?
R.- Con la aparición de GPT-2, en 2019, de forma real. Como aficionado al cine y la lectura de ciencia-ficción, ya me fascinó su concepto desde que conocí la saga de los robots de Isaac Asimov y películas como ‘2001: una odisea del espacio’ y ‘Juegos de Guerra’.
P.- ¿Cómo definiría la IA?
R.- En términos sencillos, podríamos decir que es un programa informático. Sin embargo, la inteligencia artificial es, en realidad, un conjunto de tecnologías que trabajan juntas: algoritmos complejos, lenguajes de programación y grandes bases de datos que permiten simular procesos de razonamiento o aprendizaje. Pero esa es la palabra clave “simular”. Sus respuestas e interacción con el usuario dependen de los modelos con los que haya sido entrenada y de la información que se haya puesto a su disposición como base de conocimiento. Estamos muy lejos de que sea un ente con conciencia o capacidad de autoaprendizaje, incluso tengo dudas de que llegue a ser posible.
P.- ¿Qué cosas malas tiene la IA para la sociedad?
R.- Como cualquier herramienta, la inteligencia artificial no es buena ni mala en sí misma. Todo depende del uso que le den las personas y de las intenciones con las que se aplique. Si hay algo verdaderamente preocupante no es la IA en sí, sino la falta de regulación clara, la escasa alfabetización digital de la población y el exceso de confianza con el que muchos se exponen a estas tecnologías sin filtro ni criterio.
P.- Se ha llegado a ver incluso que gente joven simulaba a compañeras de clase desnudas con IA…
R.- La mayoría de estas aplicaciones de inteligencia artificial advierten en sus condiciones de uso que son para mayores de 18 años o, en el caso de menores a partir de los 14, como en España, requieren el consentimiento de padres o tutores legales. Algunas, como Gemini, ni siquiera incluyen estos filtros. Pero, en la práctica, esto no es suficiente para impedir que menores accedan y cometan este tipo de delitos.
P.- El anonimato en internet tampoco ayuda.
R.- Muchos jóvenes actúan bajo la falsa sensación de anonimato en Internet, creyendo que se trata de una simple travesura cuando en realidad están incurriendo en delitos graves. Por desgracia, ya hemos visto casos más extremos, como el del menor detenido en Barcelona, que utilizaba inteligencia artificial para generar pornografía infantil a partir de fotografías reales de niños que obtenía desde su ventana. Estos hechos muestran con crudeza cómo esta tecnología puede ser usada con fines muy dañinos si no se controla adecuadamente.
P.- ¿Cómo repercutirá en el trabajo?
R.- Aún es pronto para saber con certeza cómo repercutirá la inteligencia artificial en el ámbito laboral, pero sí está claro que se perderán ciertos puestos de trabajo al mismo tiempo que surgirán otros nuevos, con perfiles diferentes. A pesar de lo que defienden algunos discursos excesivamente entusiastas, prefiero hablar en términos de riesgo e impacto.
P.- Pero no afectará a todos los sectores por igual…
R.- No todos los sectores se verán afectados por igual. Habrá áreas donde la IA traerá beneficios claros, sobre todo para los consumidores y para la eficiencia empresarial, pero también implicará consecuencias negativas para aquellos trabajadores cuyos empleos puedan ser total o parcialmente reemplazados por la IA.
P.- ¿Qué sectores serán los más afectados?
R.- En mi opinión, a corto plazo, los sectores más afectados serán los relacionados con la atención telefónica al cliente. Esto incluye el soporte técnico de determinados productos, la contratación de servicios como telefonía, suministros, seguros, viajes, y también la gestión de trámites con la administración pública, e incluso, en cierta medida, servicios como el 112. Esto se debe a que los modelos de lenguaje oral basados en inteligencia artificial, como los chatbots avanzados, están ya muy desarrollados. Algunos incluso han superado el famoso test de Turing, volviéndose prácticamente indistinguibles de un ser humano en una conversación.
P.- ¿Y a largo plazo?
R.- A más largo plazo es muy probable que se vean afectados sectores como el transporte de mercancías y de pasajeros, gracias al avance de los vehículos autónomos con cámaras e inteligencia artificial integrada. Lo importante no es solo qué sectores se verán afectados, sino cómo preparamos a los trabajadores para adaptarse a esa transformación.
P.- ¿Cuántos puestos de trabajo se podrían perder?
R.- Yo devolvería la pregunta: ¿cuántos puestos de trabajo se perdieron con la industrialización de la agricultura? Ese proceso transformó profundamente el sector, pero no lo hizo desaparecer. Lo mismo ocurrirá con la inteligencia artificial. Que un sector se vea afectado no significa que todos sus empleos vayan a desaparecer, pero sí que muchos roles cambiarán y requerirán nuevas habilidades para poder convivir, o colaborar, con sistemas inteligentes.
P.- Entonces no será tan fuerte la pérdida de empleo.
R.- Es cierto que habrá pérdidas de empleo, especialmente en tareas automatizables, pero también surgirán nuevas oportunidades laborales en áreas que hoy apenas estamos empezando a imaginar. Desde CSIF pedimos que se establezca una regulación clara sobre el uso de sistemas de IA también en el ámbito laboral, y que no se apliquen de forma indiscriminada, olvidando que siempre debe haber una supervisión humana. La tecnología debe estar al servicio de las personas, no al revés.
P.- Usted, por tanto, ¿ve la IA de manera negativa?
R.- Veo la inteligencia artificial de forma muy negativa cuando observo cómo algunas personas empiezan a sustituir la ayuda profesional, como la de un psicólogo, por herramientas como ChatGPT. Cuando no hay ningún organismo oficial que supervise los contenidos con los que se entrenan estas IA, contenidos muchas veces cargados de sesgos ideológicos; cuando buena parte de la población confía ciegamente en sus respuestas, que aún están lejos de ser completamente precisas.
P.- ¿Le preocupa algo más hablando de esta cuestión?
R.- También me preocupa cuando el acceso a estas herramientas está disponible sin restricciones para menores de edad, como ocurre con otros muchos contenidos en internet. Cuando estas tecnologías facilitan todavía más el trabajo de los ciberdelincuentes; y, sobre todo, cuando todo se ha convertido en una carrera comercial entre grandes empresas como OpenAI, xAI, DeepSeek, o Alibaba por ofrecer el mejor servicio al precio más bajo. Porque una vez más, un avance tecnológico se está convirtiendo en un negocio, sin control, y eso está ampliando aún más la brecha digital, social y educativa.
P.- Algo positivo ha de tener…
R.- Por supuesto. Como cualquier avance tecnológico, la inteligencia artificial ya ha traído consigo numerosos logros en muy diversos ámbitos. Hace poco conocíamos el caso de una mujer que recuperó el habla 18 años después de un ictus, gracias a una prótesis cerebral basada en IA. O el desarrollo, por parte de un equipo de la Universidad de Málaga, de una herramienta que ha mejorado la precisión en la detección del melanoma del 80 % al 96 %, y que también se está aplicando en el prediagnóstico de enfermedades como el cáncer de mama.
P.- También da resultados positivos, por tanto. Siempre que se use bien.
R.- La IA también está dando resultados muy positivos en la detección temprana de incendios forestales, en la identificación de personas implicadas en delitos mediante sistemas automáticos de reconocimiento facial, en la construcción de nuevas proteínas, en la resolución de problemas matemáticos hasta ahora irresolubles, en la detección de fraudes, e incluso en el desarrollo de robots sociales que asisten a personas mayores. Su potencial es enorme… ¡y eso que todavía estamos solo arañando la superficie!
P.- Elon Musk o Donald Trump la defienden. ¿Por interés?
R.- Por supuesto que hay intereses económicos detrás. No solo en el caso de Elon Musk o Donald Trump, sino también en figuras como Sam Altman, o del otro lado del mundo, Liang Wenfeng y el propio gobierno chino. El desarrollo de la inteligencia artificial no es solo una cuestión de capital privado, también requiere apoyo estatal, una fuerte inversión en investigación y una enorme capacidad de entrenamiento de modelos.
Y la competencia es global. Países como India y Reino Unido están a punto de entrar con fuerza en el escenario. Mientras, la Unión Europea, consciente de que se está quedando atrás, ha empezado a impulsar sus propios centros de desarrollo. Se habla de una inversión inicial de 52 millones de euros, pero es una cifra simbólica si la comparamos con los más de 8.000 millones de dólares anuales que puede costar mantener a OpenAI.
P.- No es solo una carrera tecnológica…
Esto no es solo una carrera tecnológica. Es también una carrera por el control económico, político y cultural de las próximas décadas.
P.- ¿Cómo ve la postura de Musk?
R.- En el caso de Elon Musk, por ejemplo, ha instalado 200.000 aceleradoras gráficas NVIDIA en su centro Colossus. Teniendo en cuenta que cada una cuesta en torno a 35.000 euros, hablamos de una inversión inicial de unos 7.000 millones de euros, solo en estos componentes. A eso hay que sumarle la infraestructura, el consumo energético, ya que cada aceleradora consume unos 700 vatios, el coste del entrenamiento de modelos, salarios y demás.
P.- Una inversión estratosférica.
R.- Es evidente. Esto es un negocio, y su objetivo ahora es obtener beneficios. De hecho, por esa misma razón, y como consecuencia de la política arancelaria estadounidense, Musk ha comenzado a distanciarse de Donald Trump: las pérdidas económicas no le convienen.
P.- ¿Cree que provocan un gran daño a la sociedad con sus comentarios y que inducen al engaño con respecto a la inteligencia artificial?
R.- Más que señalar a personas concretas, creo que el verdadero problema es el discurso excesivamente optimista o simplista que a veces rodea a la inteligencia artificial. Cuando se presenta como una solución mágica para todos los problemas o se exageran sus capacidades actuales, se genera una falsa percepción en la sociedad.
P.- Son mensajes muy peligrosos.
R.- Este tipo de mensajes puede inducir al error. Muchas personas confían en la información que reciben sin tener formación técnica y acaban sobrevalorando lo que la IA puede hacer o subestimando los riesgos que conlleva. Por eso insisto siempre en la necesidad de una alfabetización digital real, de mayor transparencia por parte de las empresas tecnológicas y de una regulación clara, para que la sociedad pueda entender de forma crítica qué es la inteligencia artificial y qué no es.
P.- ¿Cómo ve el futuro?
R.- Desde CSIF vemos el futuro con una mezcla de preocupación y esperanza. Preocupación porque los avances tecnológicos están yendo más rápido que nuestra capacidad para regularlos, para entenderlos como sociedad y para adaptarnos desde el punto de vista laboral, ético y educativo. Pero también esperanza, porque la inteligencia artificial bien orientada puede ser una herramienta poderosa para mejorar la vida de las personas, resolver problemas complejos, avanzar en la medicina, la sostenibilidad o la accesibilidad.
P.- ¿Cuál es la clave?
R.- La clave está en no dejar que el desarrollo de la IA quede en manos de unos pocos actores, movidos únicamente por intereses económicos o geopolíticos. Necesitamos acuerdos internacionales claros sobre el uso de la IA, como ya ha empezado a implantar la UE con su ley de inteligencia artificial, una regulación efectiva que proteja a las personas, y una ciudadanía bien informada, crítica y con capacidad real de decisión. El futuro no está escrito. Depende de las decisiones que tomemos hoy. Y si algo tenemos claro en CSIF es que no todo lo que es técnicamente posible, es necesariamente socialmente deseable.
P.- Hablando del futuro, ¿Cuál es su objetivo?
R.- Nuestro objetivo, como Central Sindical Independiente, es que avancemos hacia un futuro donde la inteligencia artificial esté al servicio de las personas, no por encima de ellas. Que no se utilice para sustituir sin más, sino para complementar, potenciar y liberar el talento humano.
P.- ¿Y su deseo?
R.- Nuestro deseo es que no perdamos de vista los valores que nos definen como sociedad: la equidad, la ética, la justicia social y el sentido crítico. Que formemos a las nuevas generaciones no solo para usar estas tecnologías, sino para entenderlas, cuestionarlas y decidir cómo deben influir en sus vidas. En definitiva, que la inteligencia artificial no nos quite lo que más nos hace humanos, sino que nos ayude a cuidarlo mejor. Porque al final, el verdadero progreso no es tecnológico: es humano.
https://www.elespanol.com/castilla-y-leon/region/valladolid/20250429/aviso-alerta-experto-ia-potentes-efectos-puede-usada-fines-daninos/1003743729057_0.html
https://www.elnortedecastilla.es/valladolid/inteligencia-artificial-terminara-afectando-empleos-20250413121013-nt.html