CSIF reclama a administraciones y a empresas inversión y compromisos reales para adaptar los puestos de trabajo al estrés térmico y evitar riesgos para la salud
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17 de xuño de 2024
Seguridad Laboral
CSIF reclama, tanto las administraciones públicas como a las empresas privadas, inversiones y compromisos reales para adaptar las condiciones de trabajo a las altas temperaturas que se registran ya en Córdoba. El responsable de Seguridad y Salud Laboral de CSIF Córdoba, Francisco González Ariza, manifiesta la necesidad de “tomar medidas eficaces para garantizar la protección y la salud de los trabajadores y trabajadoras ante situaciones de estrés térmico” e insta a las administraciones y a las empresas a que adapten los puestos de trabajo a los cambios introducidos el pasado año a la normativa que regula la seguridad y la salud en el trabajo para cumplir legislación y garantizar la protección de su personal.
Dicha actualización a la normativa, según explica González Ariza, pasa por realizar evaluaciones de riesgos para valorar las condiciones de cada puesto, los riesgos que pueden suponer para el trabajador y, sobre todo, determinar las medidas precisas para paliar esta situación. Además, se exigen medidas preventivas que incluyan la prohibición de desarrollar determinadas tareas durante las horas del día en las que concurran fenómenos meteorológicos adversos y la reducción o modificación de las horas de desarrollo de la jornada prevista, cuando exista un aviso de fenómenos meteorológicos adversos de nivel naranja o rojo.
El representante sindical señala que estas medidas “deben ser aplicadas con carácter urgente” cuando se dirigen a profesionales que realizan su actividad laboral total o parcialmente en el exterior. Este es el caso del personal de la construcción, de mantenimiento urbano (jardines, parques, espacios públicos u obra pública, entre otros), laborales forestales, agricultores, empleados de Correos y personal del sector de la hostelería y el comercio, entre otros. Estos colectivos expuestos a más riesgos para la salud ante las altas temperaturas propias de la época estival rozan en la provincia de Córdoba las 120.000 personas. En este sentido, en el primer trimestre de 2024, un total de 35.800 cordobeses trabajaban en la agricultura; 18.900 lo hacían en la construcción y 62.200 en el sector de la hostelería y comercio.
González Ariza recuerda que hay otras actividades laborales que tampoco permanecen ajenas a estos riesgos como es el caso de la que se desarrolla en los centros educativos. En este sentido, detalla que en Córdoba hay casi 500 centros escolares públicos y en muchos de ellos carecen de sistemas de refrigeración o elementos suficientes de sombreo capaces de preservar al alumnado, profesores y personal de administración y servicios de las altas temperaturas que se concentran en aulas, patios de recreo, comedores escolares, gimnasios, laboratorios, salas de profesores, etc.
En este punto, resalta que hasta finales del presente mes de junio un total de 10.670 docentes y 116.904 alumnos convivirán en centros públicos cordobeses con temperaturas en el exterior que llegan habitualmente a superar los 40 grados y con aulas que en muchos casos no cumplen la Ley de Bioclimatización cuatro años después de su aprobación.
Para CSIF son necesarios protocolos de actuación en empresas y centros de trabajo dependientes de la Administración Pública “para actuar de forma preventiva y evitar situaciones de estrés térmico que pongan en riesgo la salud de los trabajadores”. Asimismo, es prioritario que se destinen más recursos económicos para dotar de ventilación y climatización los lugares de trabajo cerrados, ya que el margen de temperatura óptima en estas fechas debe oscilar entre los 17 y 27 grados máximos.
El responsable de Seguridad y Salud Laboral de CSIF Córdoba recuerda que “es vital”, para evitar riesgos para la salud, estar alerta a determinados síntomas de golpes de calor tales como mareos, fatiga, cansancio, náuseas, dolor de cabeza, desvanecimiento o calambres. Para prevenir este tipo de riesgos, CSIF aconseja la hidratación frecuente, vestir con ropa cómoda a base de tejidos suaves, frescos y de diseño amplio, protegerse del sol mediante el uso de gorras o sombreros, evitar almuerzos copiosos, platos muy calientes, ampliar la frecuencia de pausas de descanso para recuperar fuerzas, reorganizar las actividades de forma que aquellas que requieran mayor esfuerzo puedan desarrollarse en las horas de menos calor y avisar de forma inminente si se siente algún tipo de malestar provocado por el calor, para poder tomar las medidas sanitarias oportunas.