El cuerpo de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid y los incendios forestales
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23 de xuño de 2022
-La única solución de la Administración autonómica madrileña, elevar el número de horas de servicio de los Agentes Forestales
El Cuerpo de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid participa en todas las facetas relacionadas con los incendios forestales. Es protagonista principal en la prevención, detección e investigación de sus causas y participa activamente en la extinción de incendios.
Los Protocolos de Actuación, las Notas Interiores, las infraestructuras del Cuerpo, el número de Agentes, los medios utilizados forman en su conjunto un batiburrillo que va en contra del bien del propio Servicio, con amplias ambigüedades que enfrentan al Agente ante la duda en la actuación y con zonas oscuras que imposibilitan su actuación con seguridad y acierto.
El Agente Forestal actúa ante los incendios forestales en jornada ordinaria de trabajo, en jornadas de refuerzo de 14 horas y en jornadas de guardia de 24 horas. Estas últimas están asignadas en exclusiva a los incendios forestales y es en ellas donde se observan más las carencias.
El Agente realiza habitualmente la guardia solo, sin compañero alguno, sin que se forme patrulla de trabajo a pesar de que el propio Acuerdo de Agentes Forestales establece que se dará prioridad a la seguridad de la prestación en pareja. Así está las 24 horas del día y la peligrosidad de su actuación solitaria se acentúa en las horas nocturnas. Conduce un vehículo todoterreno en servicio prioritario y lo debe hacer con urgencia ante el siniestro de incendio al que acude. Debe estar atento, a la vez, al teléfono y a dos Emisoras, la propia del Cuerpo y CECOP, a las que debe dar varias claves e información. Las situaciones de peligro se suceden durante esos trayectos, ya sea en carretera, en pista forestal, camino o campo a través. Los incendios forestales se producen en cualquier hora y en cualquier sitio del medio natural, allí envía generalmente la Comunidad de Madrid al Agente Forestal de Guardia solo.
Los Protocolos de Actuación (Procedimientos Normalizados de Trabajo) tan solo entienden del uso del Agente y de su posible eficacia y lo hacen de tal forma que se contradicen con Notas Interiores básicas como la de la obligatoriedad de realizar los servicios en pareja, en binomio. Buscan eso sí, eludir responsabilidades a aquellos que los escriben y se las endosan a los Agentes Forestales de la Escala Operativa del Cuerpo.
La Administración ha entendido como solución única elevar el número de horas de servicio de los Agentes proponiéndolo por encima de cualquier otro funcionario de la Comunidad. Se hacen jornadas de refuerzo en verano, no han sido abonadas aun las del año pasado, pero el resultado es el mismo, los agentes forestales seguimos realizando las guardias en solitario. Hay una grave carencia de efectivos para cubrir el servicio de forma segura para los agentes y efectiva para la labor legalmente encomendada de lucha y protección contra los incendios forestales.
Los EPIs utilizados en los Incendios Forestales deben ser lavados y descontaminados por la Administración, así lo establece la normativa de Prevención de Riesgos Laborales e incluso un requerimiento de la Inspección de Trabajo. Y el asunto no es baladí, se han identificado y reconocido en los incendios forestales 11 agentes químicos peligrosos, 7 de los cuales (benceno, hollín, formaldehído y 4 hidrocarburos aromáticos policíclicos están clasificados como cancerígenos. La Administración Autonómica está obviando, a sabiendas, dicha obligación de proteger a los trabajadores de la exposición a agentes cancerígenos durante el trabajo.
Las oficinas comarcales, centros de trabajo de estos funcionarios, no disponen de estancias suficientes para que dos agentes forestales puedan realizar las guardias. Algunas oficinas cumplen ya los cien años y no es exageración, son absolutamente inadecuadas e incluso peligrosas para el uso que de ellas se requiere hoy en día.
Así pues, el Servicio se realiza en precario, con inseguridad real y si funciona es a costa del esfuerzo del propio Agente y del riesgo que decide correr.
Eso sí, la Comunidad de Madrid a través de la ASEM 112 (Agencia de Seguridad y Emergencias Madrid 112) establece un sistema de publicidad ambicioso en el que la realidad de lo informado es nula.
Finalmente hay que valorar el riesgo para el propio medio ambiente de la Comunidad de Madrid que no dispone de un sistema adecuado de lucha contra los incendios y que no valora a sus propios trabajadores. La Comunidad de Madrid no está libre de que algún gran siniestro ocurra, como ya ha sucedido algún año, y la previsión y prevención no es la mejor que se pueda dar.
Por todo ello, CCOO y CSIF denunciamos que aquellos que deben velar sobre el terreno, en campos y montes, por prevenir, vigilar, intervenir e investigar las causas de esta lacra que son los incendios forestales se encuentran con la actual gestión de la ASEM 112 expuestos a riesgos laborales graves y minimizados como colectivo profesional, tanto numérica como potencialmente.