DIA MUNDIAL DE LA SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO -28 DE ABRIL 2025-

  • Prevención de Riesgos Laborales

28 de April de 2025

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones públicas y con presencia creciente en el sector privado, conmemora el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo (SST), 28 abril con el lema “NO ES UN JUEGO ES NUESTRA VIDA. SI INCUMPLES ERES RESPONSABLE.” Queremos alzar la voz por la defensa de un derecho fundamental que aún hoy no está plenamente garantizado en todos los centros de trabajo: el derecho a una vida laboral segura, saludable y digna. De hecho 2024 ha sido un año negro como muestran las cifras de siniestralidad laboral de las estadísticas.

Este día no es solo una jornada para recordar a quienes han perdido su vida o su salud en el ejercicio de su trabajo, sino también una llamada urgente a la acción, la responsabilidad institucional y la prevención real. Nos impulsa a exigir medidas concretas para revertir las alarmantes cifras de siniestralidad laboral y a construir un futuro laboral basado en la prevención y la responsabilidad compartida.

Cada día miles de trabajadoras y trabajadores ponen en riesgo su seguridad y salud laboral debido a unas malas condiciones de trabajo (sobrecarga física, estrés, exposición a contaminantes químicos y biológicos, agresiones, falta de mantenimiento de instalaciones y equipos, exposición a altas temperaturas, ruidos, etc).

 

Las empresas y las administraciones tienen la obligación de proteger a las personas empleadas, fomentando una cultura preventiva que sensibilice y conciencia sobre la importancia de garantizar entornos de trabajo seguros y respetuosos.

Debemos tener en cuenta que la siniestralidad laboral no solo se mide en accidentes visibles sino también en todos aquellos accidentes y enfermedades profesionales que no se comunican. Los riesgos psicosociales, la sobrecarga crónica, el estrés continuo, el acoso, las agresiones a profesionales o la exposición a agentes biológicos o tóxicos siguen siendo invisibilizados y normalizados. Y en muchos casos, son consecuencia directa de una infrafinanciación estructural, de recortes de personal, de la falta de protocolos de prevención efectivos y de una cultura de “resistencia” impuesta a los trabajadores y trabajadoras.

 

Desde CSIF queremos denunciar que la siniestralidad laboral en Canarias sigue siendo preocupante.

 

Aunque en 2024 se ha producido un ligero descenso del 0,5% en el número total de accidentes laborales con respecto a 2023, la realidad sigue siendo alarmante: cada día se notifican más de 146 accidentes laborales en el Archipiélago.

Según los datos oficiales de la Dirección General de Trabajo del Gobierno de Canarias, en 2024 se registraron 53.591 accidentes laborales, frente a los 53.878 de 2023. De estos, 24.723 se produjeron durante la jornada laboral, 3.791 fueron “in itinere” y 25.077 no requirieron baja médica.

El descenso general no se refleja en todos los sectores. Mientras que agricultura, industria y construcción han reducido su siniestralidad, el sector servicios, que concentra la mayor parte del empleo, aumentó sus cifras, alcanzando los 18.468 accidentes, frente a los 18.226 del año anterior.

El número de accidentes mortales, producidos durante la jornada laboral, se mantiene invariable: 16 personas perdieron la vida en el trabajo tanto en 2023 como en 2024, una cifra inasumible en una sociedad que debe garantizar entornos laborales seguros y saludables.

Si tenemos en cuenta los datos relativos a ambas provincias, aunque se mantiene un ligero descenso en la siniestralidad laboral con respecto al año anterior, en la provincia de Las Palmas se sigue concentrando un mayor número de accidentes laborales (28.874 frente a los 24.716 producidos en la provincia de Santa Cruz de Tenerife), siendo el número de accidentes mortales, durante la jornada laboral, de 11, frente a los 5 que tuvieron lugar en la provincia de Santa Cruz de Tenerife.

 

CSIF señala que las enfermedades profesionales aumentan y afectan mayoritariamente a mujeres.

 

Durante 2024 se notificaron 755 enfermedades profesionales, una ligera bajada respecto a las 779 de 2023. Sin embargo, se confirma una tendencia al alza en los casos confirmados con baja, que pasaron de 275 a 285.

De nuevo, las mujeres siguen siendo las más afectadas, representando un 70% de las enfermedades profesionales cerradas con baja. Destacan los trastornos musculoesqueléticos, que suponen casi el 79% de todos los casos, y que están directamente relacionados con las condiciones ergonómicas y la sobrecarga física en sectores como la sanidad, la educación y los cuidados.

También aumentan otras patologías como la dermatosis, la escabiosis o enfermedades respiratorias derivadas de exposiciones en el trabajo.

Una de las denuncias más reiteradas por parte de CSIF es la nula notificación de enfermedades profesionales causadas por agentes cancerígenos. Un año más, no se ha comunicado ningún caso en Canarias, lo que confirma la infradeclaración estructural de este tipo de patologías laborales.

 

CSIF exige medidas urgentes y una prevención real, no simbólica.

 

Desde CSIF advertimos que estos datos deben servir como alerta para las administraciones y empresas, que deben reforzar urgentemente las políticas de prevención y vigilancia de la salud laboral. No podemos seguir permitiendo que las cifras de accidentes y enfermedades profesionales se vean como “normales”.

Por todo ello, desde CSIF exigimos al Gobierno y a las administraciones competentes que se adopten las siguientes medidas de forma urgente:

  • Reformas legislativas: la actualización de la Ley 31/1995 de PRL para que se adapte a la nueva realidad del mundo laboral, ampliación del cuadro de enfermedades profesionales incluyendo patologías relacionadas con trastornos mentales y aprobación de un real decreto de riesgos psicosociales que incida en el cuidado de la salud mental.
     
  • Regulación de la carga de trabajo de los servicios de prevención, estableciendo ratios mínimos de profesionales que se ajusten a las necesidades para una gestión integral preventiva.
     
  • Dotar de crédito horario específico para el delegado/a de prevención, ya que donde existe presencia sindical se garantiza mayor seguridad y salud.
     
  • Fortalecimiento de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, para aumentar los recursos destinados a campañas específicas, asesoramiento y garantizar el cumplimiento de la normativa vigente.
     
  • Protocolos eficaces contra la violencia en el trabajo y el acoso en cualquiera de sus formas, especialmente en los colectivos más vulnerables como sector sanitario, docentes, prisiones y servicios sociales.
     
  • Incorporación de profesionales de psicología en los Servicios de Prevención, así como mediadores para la gestión de conflictos.
     
  • Integración de la edad, diversidad generacional, y perspectiva de género.
     
  • Mayor protección ante los riesgos ligados a la digitalización y la Inteligencia Artificial.
     
  • Actualizar los equipos de trabajo y mejorar las condiciones de seguridad en los entornos laborales para reducir la siniestralidad.
     
  • Mayor protección frente al cambio climático con protocolos específicos que deben integrarse en los planes de prevención, especialmente para quienes trabajan al aire libre.

Por una cultura preventiva real, no simbólica. No podemos permitir que la seguridad en el trabajo sea solo un eslogan una vez al año. Exigimos una cultura preventiva transversal, con voluntad política, con recursos suficientes y con participación real de los trabajadores y sus representantes. Y en la memoria de los que ya no están, reivindicamos con más fuerza que ninguna muerte o enfermedad derivada del trabajo debe ser el precio de trabajar.

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