La saturación de Urgencias de Laredo fuerza las primeras derivaciones de pacientes a Valdecilla

  • Prensa y Comunicación

4 de July de 2024

El 2 de julio, sin que haya llegado la gran afluencia del verano, el hospital se vio obligado a activar el protocolo al acumularse esperas de más de seis horas | Los profesionales de Urgencias insisten en que la situación va a ser «insostenible» al estar cubiertas las guardias con la mitad de la plantilla necesaria
DM 4/7/2024

Dos de julio. Sin que haya llegado aún la gran afluencia de visitantes del verano a la zona oriental de Cantabria, el hospital de referencia de ese área de salud, el de Laredo, ya ha dado el primer aviso de saturación, confirmándose las advertencias lanzadas semanas atrás por los propios profesionales del servicio de Urgencias: «La situación va a ser insostenible». Con lo que no contaban es que se iba a ver tan rápido las consecuencias de una plantilla en cuadro. Si en mayo el sindicato CSIF denunciaba que el equipo tenía un déficit de personal del 40%, ahora las guardias de fin de semana están cubiertas únicamente por tres médicos, la mitad de los habituales -y cuatro el resto de los días-. «Estamos cada vez peor y en el peor momento del año», insisten desde Urgencias, después de que el martes se tuviera que activar el protocolo para derivar a los pacientes con necesidad de asistencia hospitalaria a Valdecilla, toda vez que en la cola de Laredo las demoras ya sobrepasaban las seis horas.

Así que desde el centro coordinador del 061 se dieron instrucciones a los Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) para que, en caso de urgencias graves con necesidad de traslados en ambulancia, se remitieran directamente a Santander. Con la posibilidad, incluso, dada la alta presencia de visitantes del País Vasco, de enviar a Cruces si existiera esa petición expresa de la familia. Una medida paliativa que también en Valdecilla sabían que tarde o temprano iba a ser necesaria. «Estamos preparados para un previsible rebosamiento de las urgencias en Laredo», avanzaba ya meses atrás la gerente, Dolores Acón.

Pero lo llamativo y «más preocupante», insisten desde el centro pejino, es que «el verano no ha hecho más que empezar. Si estamos ahora así, ¿qué va a pasar en las próximas semanas, cuando haya días en los que doblemos la demanda habitual? Llevamos mucho tiempo avisando de que esto iba a pasar, pero no se han articulado soluciones. Y desde que enviamos el escrito a la Consejería, al SCS y a la Dirección, se han ido dos compañeros, y uno más termina esta semana».

El gerente del SCS, Luis Carretero, coincide, y lo repite una y otra vez, que «va a ser un verano muy complicado». Y más en Laredo, añade, «porque es el hospital que más sufre el problema crónico de la falta de médicos», agravado en esta ocasión «por el retraso en la formación de los MIR», la generación del covid, que empezó la residencia más tarde como consecuencia de los meses de confinamiento y no estarán disponibles hasta octubre, cuando otros años se tiraba de residentes recién terminados para sustituciones y refuerzos. Sin la tradicional hornada de nuevos facultativos ni voluntarios dispuestos a integrarse en la plantilla del hospital comarcal, lo que hay es «una sobrecarga asistencial tremenda y personal quemado», apuntan desde Urgencias. Para dar respuesta a las necesidades, «a base de soluciones marcadas sobre la marcha», critican los profesionales, la Gerencia de Laredo ha convocado reuniones diarias para analizar y decidir qué hacer en cada momento.

«Los incentivos para las plazas de difícil cobertura es una medida que nos ayudará a largo plazo», señala Carretero, sabedor de que no servirá para el problemón que se plantea de julio a septiembre. Tampoco ha funcionado, admite, «la oferta voluntaria que lanzamos al personal del SCS que quisiera hacer guardias incentivadas, ya sea de otros hospitales o de Atención Primaria, aunque en este ámbito ya tienen sus propias dificultades, así que dábamos por hecho que no habría voluntarios». Y ahí es cuando entra en escena el protocolo de las derivaciones «si Laredo se encuentra ante una previsible saturación», como ocurrió la tarde del martes, cuando se activó por primera vez este verano.

Según Carretero, «fueron cuatro los pacientes trasladados a Valdecilla. Es preciso este trabajo en equipo para dar la mejor asistencia» en estas circunstancias. «Es positivo que haya ese apoyo entre los dos hospitales. Laredo va a necesitar a Valdecilla». No niega el gerente que el hospital santanderino también soporta su propia presión. No en vano, el 1 de julio (lunes) ya registró el primer pico asistencial de la temporada estival, con un total de 463 urgencias en adultos y 102 niños.

Este martes, cuando recibió el SOS de Laredo, llegó a las 416 y 102, respectivamente. «Sabemos que las dificultades de Laredo supondrán una afluencia adicional para Valdecilla», pero «no será mucha». Y lo cierto es que el volumen de urgencias de dicha jornada en el centro pejino entraba dentro de lo normal -fueron 99, según la página web del SCS-, pero «lo que no es normal es afrontar la guardia entre dos compañeros, más un tercero por la tarde», lamentan los facultativos del centro pejino, «porque en el momento en que llega un paciente grave, que necesita una dedicación más importante, se paraliza todo lo demás». Y entonces... se disparan las esperas y se extiende el malestar entre los que aguardan su turno, que «muchas veces descargan ese enfado con el personal de enfermería del triaje». Por eso, desde el servicio piden a la Gerencia «ser honestos, no basta con decir que no hay médicos sustitutos, hay que exponer a la población la gravedad de la situación». Porque de todas las personas que acudieron a Urgencias la jornada del 2 de julio, prácticamente la mitad se clasificaron como prioridad 4, lo que implica que no eran nivel 1, ni 2 -no consta ninguna de las dos- ni siquiera 3 -hubo 22-, que son los consideradas graves.

Carretero también destaca que «lo que se acumulan son las urgencias leves». Por eso, «recordamos a los ciudadanos que tenemos una excelente red de SUAP, en los que el tiempo de respuesta va a ser mejor, más ágil, y allí se les valorará si necesitan atención hospitalaria». Eso sí, siempre que el equipo cuente con todos sus efectivos y no afronte la guardia con un imprevisto y sin sustituto. Como pasó el pasado viernes en las Urgencias de Tres Mares (Reinosa), donde faltó el médico de SUAP, quedando toda la asistencia a cargo del facultativo del hospital; o como le ocurrió el domingo 16 de junio a la médico de Urgencias de Castro, que se encontró a primera hora sin compañero y sin recambio. Ejemplos que es probable que se repitan a lo largo del verano, porque incluso el gerente del SCS sostiene que «imprevistos siempre va a haber».

La situación «crítica» de las Urgencias, tanto en Laredo, como en SUAP y 061, fue una de las razones de la huelga que planteó CSIF en junio, y que no llegó a materializar al aceptar la Gerencia algunas de las mejoras que se reivindicaban. «Pero lo que no ha habido es un plan de contingencias que garantice la adecuada cobertura de las urgencias, de la asistencia a la población y el adecuado descanso del personal. Es hora de gestionar y de dejar de predicar en el Parlamento», insisten desde CSIF, que piden a Sanidad que «cese a quien corresponda en la Gerencia de Atención Primaria por su pasividad e inacción en estos meses».

«El problema al que nos enfrentamos este verano es muy serio», sostienen desde CC OO, tras lo ocurrido en Laredo el martes. «A la Consejería no le interesan las urgencias porque el tiempo de espera y el riesgo para la población no se ve reflejado en las listas de espera». El sindicato reclama «un programa para aquellos profesionales que, voluntariamente, quieran cubrir servicios necesarios para la población, y que toda la jornada que se realice sea debidamente retribuida».

Fuente DM 4/7/2024

Arxius adjunts

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