LAS ENFERMERAS ESPECIALISTAS SE SIENTEN ENGAÑADAS POR EL MINISTERIO Y LAS CCAA

No es nada fácil querer ser Enfermera Especialista. En primer lugar, se trata de una prueba de acceso muy dura, en el año 2022-23 se presentaron 8078 solicitudes para un total de 1961 plazas. A priori no parece una ratio elevada, pero hay que considerar que todos los enfermeros que se presenta, lo hacen con muchas horas de estudio a sus espaldas compatibilizando con el trabajo.

Una vez que el candidato ha aprobado, va a elegir la especialidad y destino, según el número de orden. Deciden dejar sus contratos de trabajo como generalistas, incluso reduciendo significativamente su salario para formarse como especialista. Hay especialidades más reconocidas y dotadas como es la de matrona, aunque siempre de forma insuficiente, y muy en menor medida todas las demás, Enfermería Pediátrica, Enfermería Familiar y Comunitaria, Enfermería del Trabajo, Enfermería Geriátrica. Esto está motivado porque las CCAA no dotan plazas de estas para estas especialidades.

Cierto es que hay un problema enorme para que aquellos enfermeros generalistas, que incluso han participado como tutores de los que se encuentran en formación y que desde el 2011 no han tenido la oportunidad de acceder por vía excepcional a la Especialidad, y por otra parte, Enfermeros especialistas, que ya lo son por esta vía excepcional y no tienen la oportunidad de acceder a puestos de trabajo de su especialidad, al igual que el resto de especialistas por vía Formación Sanitaria Especializada. Es decir, malgastan su periodo de formación para después no tener puestos de trabajo que ocupar

Se debe hacer un plan para que toda esta amalgama de situaciones diferentes, no provoque un cisma entre profesionales (similar al que ocurrió con los médicos de familia vía MIR y NO MIR en los años 80), de tal forma que cuantos más años pasen sin abordar este problema mayor será este. Seguirán formándose Enfermeros especialistas, más y más, sin tener acceso a puestos de su especialidad.

Lo que está claro es que si incrementamos las plazas EIR, que a todas luces es insuficiente, es fundamental que en toda España que se creen plazas para dichos especialistas, evidentemente con el consenso de Ministerio, CCAA, Consejo General de Enfermería, Sindicatos y toda aquellas organizaciones y sociedades científicas que puedan aportar.

Si esa situación no se desbloquea, parece como si el Ministerio y las CCAA, estuvieran engañando a las Enfermeras que deciden realizar una especialidad, ya que además del esfuerzo de estudio, durante la residencia el sueldo es menor que si se ejerce como Enfermera generalista. Este es otro problema a tratar, puesto que el sueldo y las diferencias entre las CCAA también es un ninguneo a la profesión.