Desde el 1 de septiembre de 1969 trabajando en Correos... ¿acaso hoy en día sería posible?

Hoy despedimos a un mítico afiliado de CSIF que se jubila en diciembre de este año: Juan Cerezo Borrego, tras casi 56 años de vida laboral que resumimos en este rato.

 

Tenía 14 años y era domingo por la noche y su madre le dijo:

 

-Mañana te vas con Octavio que te va a llevar a un sitio para empezar a trabajar.

 

Y ése sitio, en el que trabajaba su vecino, era Correos. Y era el 1 de septiembre de 1969 cuando Juan Cerezo empezaba de botones en Correos que entonces tenía 77.000 empleados "y el Centro Directivo entraba en cuatro plantas en Cibeles", recuerda.

 

Y lo recuerda hoy con 69 años después de haber firmado su último informe como jefe de equipo en Auditoria a las puertas de jubilación que se producirá en este mes de diciembre tras 55 años y 9 meses de servicio.

 

"Pero si yo hubiera podido seguiría porque este es mi modo de vida. El problema es que existe una Ley que me obliga a poner punto y final". Así que Juan se va, o se tiene que ir, y ya no queda nada de aquel Correos que le recibió con 14 años, en el que se escuchaba el ruido de las máquinas de escribir y los telegramas y las cartas imponían su ley.

 

Y se va después de haber hecho casi todo en la empresa, "donde no hay que engañarse: está todo inventado. Sólo se trata de voluntad y de interpretar las normas que uno estudió para aprobar la oposición", insiste hoy sin la más mínima vanidad.

 

"Yo no soy quien para dar consejos a nadie. Siempre recordaré cuando entré en Inspección y le pedí consejo a un compañero y me contestó: 'aplica tu criterio, aplica lo que has aprendido, aplica tu experiencia'".

 

El recuerdo le toca la fibra ("es verdad que echo en falta el compañerismo de antes") y el presente le hace dudar, "porque la competencia es muy agresiva y las reglas de juego no son justas porque competimos en desventaja. Pero hay que adaptarse a lo que hay".

 

Huye de los recortes ("cuando empecé no los había y la empresa funcionaba estupendamente") e insiste en que se puede ser feliz en Correos. "Yo lo he sido y pasé por multitud de puestos". 

 

Y este es su ejemplo. El de un cordobés de Bujalance, cuya familia vino a vivir a Madrid para huir de la pobreza y en esos bloque de pisos de Correos, en el que su padre trabajaba de conserje, iban a iniciarse 55 años de vida laboral y a desaparecer el futbolista que nunca hizo esa prueba para la que le había citado el Real Madrid.

 

-Trabajaba de lunes a sábado y un domingo sí y otro no

 

Quizá su ejemplo sea irrepetible, pero hoy merece la pena  contarlo en este abrazo de despedida. 

 

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